CHARLES BLAKE

Para soñadores que como yo, plasman sus pensamientos sobre un papel en blanco.

viernes, 9 de noviembre de 2012

EL MUNDO DE LOS SIGNIFICADOS






Hoy me gustaría detenerme en el maravilloso mundo de las palabras homónimas. Para aquellos que ahora no recuerden qué son exactamente, les diré que son verdaderamente importantes para todo buen aficionado a la creación literaria. Se estima necesario que un escritor eficaz domine el significado de cada palabra, independientemente de cómo se escriba. En caso contrario, es muy típico que caigamos en errores ortográficos de consideración o expresemos algo de lo que después podamos "arrepentirnos".

Lo primero será dejar claro que las palabras homónimas son aquellas que suenan igual pero se escriben de forma diferente: savia - sabia. Dentro de éstas, podemos encontrarnos a su vez con palabras homógrafas (se escriben igual pero significan distinto): tengo un vale de premio- Esta casa vale una fortuna y homófonas (que se pronuncian igual pero se escriben y significan diferente): Eres todo un as - ¿Has traido la comida?.

Por favor que nadie confunda estas dos "palabrejas" con la palabra homófoba cuyo significado, que no viene al caso, es bastante distinto a lo relacionado con la ortografía y algo más desagradable.

En fin, la teoría queda dicha... pero como suele ocurrir en muchos casos, no es del todo fácil de aplicar. Los más jóvenes suelen confundir los significados con la escritura y entonces ocurren desgracias gramaticales que pueden arrancarnos más de una risa. 
Cuando daba clases de Lengua hace años, les exponía a mi alumnado el siguiente chistecillo para evitar dichos errores:

En el ejército, durante unas maniobras, un soldado se dirige a su superior:

- ¡Mi cabo!. No cabo por la trinchera...

El militar lo mira sorprendido y le dirige unas dulces palabras:

- ¡Idiota! No se dice "cabo", se dice quepo.

La contestación del soldado raso no tiene desperdicio:

- ¡Perdón! Mi "quepo", no cabo por la trinchera.

Este jocoso ejemplo ilustra la importancia de su buen uso. Bueno pues aún así, hace también unos años planteé el siguiente ejercicio para que los alumnos/as utilizaran bien el diccionario: Escribe una oración con los siguientes términos: espirar - expirar. Y sorpresa.... aquí os dejo las dos oraciones de uno de mis "brillantes" chicos:
- El niño espiró el aire de sus pulmones mientras su padre expiraba el taxi.

En fin, el colmo de la economía gramatical y del sublime conocimiento de nuestra lengua materna.

Por otra parte, también encontramos alumnos de secundaria con un gran talento creativo y un porvenir literario aún mayor. Es el caso que me encontré cuando un alumno escribió su siguiente oración con el uso del asta de toro y la preposición hasta:

- El toro notó que le crecían sus astas. Su amada vaca Facunda volvía a serle infiel con otro macho de la manada. ¡Estoy hasta los..... de la Facunda! Se dijo malhumorado.

Hay que reconocer que en este segundo caso, el uso de las palabras homónimas es perfecto. En consecuencia no podía menos que felicitarlo. En cuanto al ejemplo utilizado, una vez leído en voz alta ante una masa de alumnos de costillas desencajadas, no fue de lo más educativo posible.
 En fin, lo cierto es que los docentes nunca nos conformamos ¿Verdad?.



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