CHARLES BLAKE

Para soñadores que como yo, plasman sus pensamientos sobre un papel en blanco.

jueves, 1 de noviembre de 2012

EL PLACER DE ESCRIBIR









Siempre he pensado que ser escritor o escritora es algo que se lleva desde pequeños, que nace de nuestro propio ser. ¿Cuántas veces hemos visto a niños coger un lápiz y garabatear sobre una hoja o una niña plasmar sus vivencias en su diario infantil?.
Cuando hablamos de escribir, automáticamente pensamos en aquellos escritores conocidos que han hecho de su trabajo un arte pero... ¿Acaso no son escritores aquellas personas que sienten el placer de dejar plasmados sus pensamientos?. Un poema de juventud, un diario de viajes, una reflexión sobre la vida o el desamor... cada renglón escrito deja grabada la huella de identidad de quien la escribe.
Rudyard Kipling, autor de "El libro de la selva" y Premio Nobel de Literatura dijo una vez que: "Las palabras constituyen la droga más potente que haya inventado la humanidad".
Sin coincidir con el sustantivo utilizado por personaje tan ilustre, porque considero que droga es adicción, sí me quedo con la rotundidad de su afirmación. Hay palabras que escritas sobre un papel, son capaces de llegar al alma casi de puntillas, sin hacer ruido ni dejarse notar.
Por tanto la magia de la escritura no se encuentra entre unos pocos elegidos, sino en todo aquel o aquella que es capaz de transmitir su verdadero yo. Algunos buscan el reconocimiento social... otros en cambio se inclinan por esconder su valiosa intimidad entre anónimas cuartillas de papel. ¡Qué más da!. Una de las pocas virtudes de las que está provista la humanidad es la de poder dejar impresas nuestras vivencias y así convertir muchas de las historias en un ejemplo a seguir. No resulta  importante pues,  quien leerá nuestras páginas, cuántos reconocerán valor a lo escrito... Cuando escribimos lo hacemos por placer, por el gusto de sentirnos bien con nosotros mismos. Si a partir de ahí conseguimos que alguien, alguna persona que lea unas líneas escritas desde lo más profundo del ser, sienta la misma sensación que nos produce al escribirlas, entonces podremos darnos por satisfechos sobradamente. No recuerdo quien decía que leer un libro enseña más que hablar con su autor, porque éste, en el libro, solo ha puesto sus mejores pensamientos.¡Y qué razón llevaba!.
En resumidas cuentas, animo a todo aquella persona aficionada a plasmar sus pensamientos sobre un lienzo en blanco, a que siga haciéndolo, que comparta con los suyos lo que solo a él le pertenece y si lo estima oportuno, que transmita su mensaje a aquellos que quieran oirlo...
 ¿No es eso una parte de nuestra libertad?.

4 comentarios:

  1. Llevas toda la razón. muy bueno.

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  2. Totalmente de acuerdo, aunque aveces la timidez y la creencia a hacer el ridículo te coartan esa preciosa libertad, no nos atrevemos a hacerlo publico y todas esas vivencias se quedan plasmada en nuestra intimidad, quizás por por pensar de no ser digno de este don.
    Besos

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  3. Hola Charles: He estado viendo tu blog y tengo que decirte que me parece muy interesante, ameno y además muy útil. Gracias por tu visita y comentario y ánimo porque esta tinta y esta piel tienen muy buena pinta... Un saludo

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