CHARLES BLAKE

Para soñadores que como yo, plasman sus pensamientos sobre un papel en blanco.

viernes, 7 de diciembre de 2012

¡CULTURA SÍ!





El otro día leí un interesantísimo artículo sobre el panorama actual de las editoriales españolas. Según ABC, la caída de la actividad de negocio del sector editorial en España ha descendido en torno a un 20% en los últimos tres años, según los datos que ha dado a conocer el presidente del Gremio de editores de Cataluña. A pesar de estos datos y de la evidencia de sufrir una  crisis económica de gravedad, la compra en librerías se ha encogido y los clientes ya no se llevan tantos ejemplares. Pese a ello, el sector ha sabido salir al paso con un incremento de las aportaciones a Europa y América Latina. En la mayoría de los casos, los muebles de una industria que se desangra, son salvados gracias a la constante venta de comic, libros de texto y e-books. El problema es que según los datos, es el quinto año consecutivo en que las ventas descienden alarmantemente.
Los editores, necesitados de una importante dosis de autocrítica, echan balones fuera y justifican la mala situación del sector por la crisis, que ha afectado a los hábitos de consumo y a la financiación, la «mentalidad de la cultura gratis como eje cultural» y la irrupción del mundo digital.
 En esta vorágine de cambios y problemas, se necesitan soluciones urgentes. Igual que aparecen nuevas editoriales (pequeñas y medianas) que intentan dar luz a jóvenes promesas de la literatura, encontramos la desaparición de otras muchas. Las grandes empresas de toda la vida logran mantenerse a flote jugando a caballo ganador, es decir, apostando sobre valores seguros que tienen acogida garantizada entre los fieles lectores. Un ejemplo claro lo tenemos en la última feria del libro de Madrid, donde autores como Almudena Grandes, Carlos Ruíz Zafón, Eduardo Mendoza y Jonas Jonnason han sido los más vendidos pese a la bajada de casi un 19% en las ventas directas.
Y yo me pregunto, ante esta situación, ¿la subida del IVA que ha previsto el Gobierno es el camino para mejorar el consumo de este sector? ¿Realmente las editoriales podrían bajar sus pretensiones económicas y facilitar el acceso a nuevos escritores/as? ¿Tan grave es que los consumidores acudan a la librería digital para abaratar sus compras? ¿Es el final del libro “físico"? Muchas preguntas y muy pocas respuestas. 
Bien es sabido que la tradición de nuestro país no se ha caracterizado precisamente por  incentivar la cultura y darle acceso a toda la población, pero en estos momentos donde tantas familias lo están pasando mal, tantos jóvenes desmotivados dejan sus estudios por no atisbar un futuro prometedor, muchos trabajos se pierden a diario alargando las colas del temible paro, numerosas empresas nacionales no pueden hacer frente a sus pagos… ¿No sería conveniente reimpulsar la educación y facilitar la creación literaria para que muchos podamos disfrutar de nuestros escritores favoritos?

"Sólo el que sabe es libre, y más libre el que más sabe... Sólo la cultura da libertad... No proclaméis la libertad de volar, sino dad alas; no la de pensar, sino dad pensamiento. La libertad que hay que dar al pueblo es la cultura".

Miguel de Unamuno

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