CHARLES BLAKE

Para soñadores que como yo, plasman sus pensamientos sobre un papel en blanco.

jueves, 30 de mayo de 2013

LA BELLEZA

Un artículo que seguro muchos de vosotros/as habreis oído y que merece la pena ser leído:

Hang Mioku, de 48 años, ha llevado su obsesión por la cirugía estética hasta tal extremo que su cara ha quedado totalmente desfigurada. La última locura de esta coreana ha sido inyectarse aceite de cocina en el rostro, lo que la ha dejado totalmente irreconocible.
Según el The Telegraph, Hang Mioku se practicó su primera operación de cirugía con 28 años y, después de 20 enganchada a este tipo de intervenciones ha terminado con el rostro completamente desfigurado.
A pesar de las consecuencias que la cirugía estaba teniendo en su rostro, con el rostro hinchado y desfigurado, Hang se veía hermosa y quería segar operándose. Pero los cirujanos que visitó se negaron a practicarle más intervenciones.
Cuando regresó a Corea, donde reside, sus padres quedaron horrorizados por los terribles efectos de la cirugía y decidieron buscar un médico que pudiera devolverle su rostro. Pero el tratamiento era demasiado caro. Hang, incomprensiblemente, encontró un médico que siguiera inyectando silicona en su cara. El doctor se limitó a dejarle una jeringuilla y la silicona para que ella misma se la colocara. Pero, cuando se le acabó el producto decidió inyectarse aceite de cocinar.
Ahora, Hang se ha hecho famosa en Corea y varias donaciones han permitido que se pueda operar para eliminar 260 gramos de sustancia extraña de su cara y cuello. Después de varias sesiones, los médicos han logrado reducir el tamaño de su rostro que ha quedado desfigurado y marcado para siempre por las cicatrices.

...Y yo me pregunto: ¿Puede llegarse a tal extremo la obsesión por la belleza?
Desde la antiguedad tenemos numerosos testimonios de cómo el ser humano puede llegar a buscar el ideal de belleza. Sin ir más lejos la mitología griega hace referencia a Narciso, que quedó enamorado del reflejo de la imagen que veía en el agua; era él mismo, y cuando quiso acercarse a la imagen para darle un beso, cayó al agua. En cualquier caso, en el lugar de su muerte surgió una nueva flor al que se le dio su nombre: el Narciso, flor que crece sobre las aguas de los ríos, reflejándose siempre en ellos. 
Pero en este caso en cuestión, la cosa llega más lejos. Hablamos de un problema de distorsión de la imagen que ya fue descrita nada menos que en 1886 por el psiquiatra italiano Enrique Morselli.
Mostrar preocupación excesiva por un defecto corporal mínimo o inventado puede ser síntoma de dismorfobia, trastorno en el que la imagen de uno mismo causa inconformidad; sus consecuencias pueden ser aislamiento, bajo rendimiento y deterioro en la calidad de vida. Curiosamente en Thailandia, surgió hace no mucho tiempo la también extraña noticia de que un varón tuvo que ser intervenido de urgencia en un hospital de la ciudad debido a que, durante años, se había inyectado aceite en su pene para agrandar el tamaño. Las consecuencias fueron fatídicas ya que se tuvo que estirpar la zona afectada.

Evidentemente, el hecho de que la preocupación por la autoimagen se convierta en elemento central de anhelos, obsesiones  y decisiones equivocadas, puede deberse en gran parte al culto hacia los estereotipos y la apariencia personal que predomina en la sociedad actual. Cada vez se realizan operaciones de estética a niñas adolescentes, se "exigen" medidas estandarizadas como canon de belleza, se ofrecen nuevos tratamientos antiarrugas, de rejuvenecimiento de caracteres sexuales, se prometen dietas milagrosas que atentan contra la salud, se lucha contrareloj contra las huellas del tiempo y la edad...
¿Nos estamos volviendo locos?
Deberían enseñarnos desde pequeños que la belleza no se encuentra en lo que exclusivamente los ojos pueden ver. Nadie puede negar la hermosura de un bebé, la belleza de una determinada flor o un tupido valle, lejos de la contaminación de la ciudad. Nadie puede negar que algunas personas nacieron más agraciadas que otras y eso facilitó determinadas facetas de sus vidas. Pero ¿esa es la belleza? ¿Así, sin más? ¿Tan simple puede llegara ser el hombre?
¿Qué hay de unas palabras salidas del corazón, de una canción que remueve sentimientos, de unos ojos que transmiten la verdad? ¿Acaso no son belleza?
La niñez es hermosa si sabemos apreciar la totalidad de su simbolismo. La madurez es esplendor cuando sabemos apreciarla; la ancianidad es atractiva cuando representa  sabiduría... Probablemente nadie le dijo a esta mujer que ya era bella mucho antes de dudar de sí misma. Quizá nunca supo mirar más allá del espejo, o a lo mejor, en el peor de los casos, no existía nada más allá del cristal.
Me quedo con la frase de Moliere: "La belleza del rostro es frágil, es una flor pasajera, pero la belleza del alma es firme y segura", o debiera elegir esta otra: "Cada cosa tiene su belleza, pero no todos pueden verla" (Confucio).
Por tanto me reafirmo en que debieran enseñarnos que la búsqueda de la belleza ha de ser ser buscada con honestidad, con la pureza del que se siente libre de ataduras morales o imposiciones pasajeras, porque entonces, solo entonces, podremos admirarla con los ojos del alma.
Yo conozco a muchas personas que se saben bellas porque hacen bello todo lo que les rodea. Conozco rostros anónimos que vierten su hermosura con gestos sencillos, que no dudan en ofrecer el preciado don que poseen en su interior, capaces de iluminar hasta la habitación más oscura.


La belleza... ¿Realmente estamos preparados para admirar la belleza?

CHARLES BLAKE

2 comentarios:

  1. Un artículo estremecedor. Hay mucha gente que es víctima de las modas sociales que cual ola gigante termina arrasando con sus vidas. Aunque suene a tópico, la belleza siempre estará en el interior de las personas.
    Un abrazo.

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  2. Suscribo a tu artículo, Charles. En el caso específico de esta mujer coreana, padece sin duda de una enfermedad mental de dismorfobia, trastorno de la percepción de la imagen y seguramente otras cosas más, porque ésto no suele venir solo. Lo mismo sucede con enfermedades como la anorexia y la bulimia. Es lamentable. La presión social y los falsos estereotipos de belleza, también se suman. Es posible también que los propios padres no la hayan confirmado de pequeña o hayan dicho cosas que hayan bajado su autoestima.... Por eso hay que tener mucho cuidado lo que se dice a un niño pequeño. Esos mensajes los cargan luego por el resto de su vida y generalmente suelen hacerles daño, si son rebajadores.

    Estoy de regreso de mi viaje y vengo a dejarte un abrazo, Charles.

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