Sir Ken Robinson es reconocido a
nivel mundial como un experto en creatividad y educación, por sus logros
estudiando estos temas, fue ordenado caballero en junio de 2003.
Me gustaría dejaros algunas reflexiones del autor porque estoy convencido que a más de uno le abrirá los ojos y nos hará pensar. Espero que os guste:
¿Por qué la educación actual no funciona?
“El sistema actual fue diseñado y concebido para una época distinta”, dice Robinson. “Se inventó en la cultura intelectual de la Ilustración, en el XVIII, en la revolución industrial”. En aquella época no había educación pública e implantarla resultaba una idea revolucionaria. Los sectores más conservadores se oponían a la idea. La clase trabajadora no debía estudiar.La sociedad se dividía entre los que estudiaban y los que no. Los primeros eran “los listos” y los segundos “los no listos”. Un modelo que, según Robinson, ha llevado al caos. En la sociedad y también en el arte, que se ha convertido en “víctima de esta mentalidad”.Las cosas han cambiado radicalmente. Ninguna generación en la historia ha vivido rodeada de tantos estímulos de información como la de los niños de hoy. Pero eso no se está reflejando en la educación.Los niños reciben una educación basada en los intereses de la industrialización y, además, es un reflejo de ese modelo. ¿Por ejemplo? La organización de los colegios. La entrada la marca un timbre, los baños de niños y niñas están separados, se enseñan asignaturas diferenciadas por temáticas, se educa en la especialización y los niños se agrupan por edades. “¿Por qué hacemos eso?”. “El dato que buscamos en común entre ellos es su edad”. El modelo se basa en la estandarización.
Robinson propone ir en sentido opuesto. Apuesta por un modelo que
utilice el pensamiento divergente para encontrar varias respuesta a una
pregunta, para que un enunciado no tenga una única solución. Esa
capacidad de ofrecer múltiples propuestas ante un problema la tienen la
gran mayoría de los niños en la guardería. Pero conforme van creciendo,
conforme van estudiando y el sistema educativo los va modelando, esta
capacidad se reduce progresivamente.
Los profesores decían: “No mires”, “No copies”. Pero nunca lo
llamaron “colaborar”. Nunca pensaron que la mayor parte del conocimiento
se adquiere en grupo.
"trabajo en equipo"Entrevista con Ken Robinson (La Vanguardia):
Un día visitando un cole vi a una niña de seis años concentradísima dibujando. Le pregunté: "¿Qué dibujas?". Y me contestó: "La cara de Dios".
¡. ..!
"Nadie sabe cómo es", observé. "Mejor - dijo ella sin dejar de dibujar-,ahora lo sabrán".
Todo niño es un artista.
Porque todo niño cree ciegamente en su propio talento. La razón es que no tienen ningún miedo a equivocarse... Hasta que el sistema les va enseñando poco a poco que el error existe y que deben avergonzarse de él.
Los niños también se equivocan.
Si compara el dibujo de esa niña con la Capilla Sixtina, desde luego que sí, pero si la deja dibujar a Dios a su manera, esa niña seguirá intentándolo. El único error en un colegio es penalizar el riesgo creativo.
Los exámenes hacen exactamente eso.
No estoy en contra de los exámenes, pero sí de convertirlos en el centro del sistema educativo y a las notas en su única finalidad. La niña que dibujaba nos dio una lección: si no estás preparado para equivocarte, nunca acertarás, sólo copiarás. No serás original.
¿Se puede medir la inteligencia?
La pregunta no es cuánta inteligencia, sino qué clase de inteligencia tienes. La educación debería ayudarnos a todos a encontrar la nuestra y no limitarse a encauzarnos hacia el mismo tipo de talento.
¿Cuál es ese tipo de talento?
Nuestro sistema educativo fue concebido para satisfacer las necesidades de la industrialización: talento sólo para ser mano de obra disciplinada con preparación técnica jerarquizada en distintos grados y funcionarios para servir al Estado moderno.
La mano de obra aún es necesaria.
¡Pero la industrialización ya no existe! Estamos en otro modo de producción con otros requerimientos, otras jerarquías. Ya no necesitamos millones de obreros y técnicos con idénticas aptitudes, pero nuestro sistema los sigue formando. Así aumenta el paro.
Pero se nos repite: ¡innovación!
La piden los mismos que la penalizan en sus organizaciones, universidades y colegios. Hemos estigmatizado el riesgo y el error y, en cambio, incentivamos la pasividad, el conformismo y la repetición
No hay nada más pasivo que una clase.
¿Es usted profesor, verdad? Las clases son pasivas porque los incentivos para estar calladito y tomar apuntes que repetirá son mayores que los de arriesgarse a participar y tal vez meter la pata. Así que, tras 20 años de educación en cinco niveles que consisten en formarnos para unas fábricas y oficinas que ya no existen, nadie es innovador.
¿Cuáles son las consecuencias?
Que la mayoría de los ciudadanos malgastan su vida haciendo cosas que no les interesan realmente, pero que creen que deben hacer para ser productivos y aceptados. Sólo una pequeña minoría es feliz con su trabajo, y suelen ser quienes desafiaron la imposición de mediocridad del sistema.
Tipos con suerte...
Son quienes se negaron a asumir el gran error anticreativo: creer que sólo unos pocos superdotados tienen talento.
"Sé humilde: acepta que no te tocó".
¡Falso! ¡Todos somos superdotados en algo! Se trata de descubrir en qué. Esa debería ser la principal función de la educación. Hoy, en cambio, está enfocada a clonar estudiantes. Y debería hacer lo contrario: descubrir qué es único en cada uno de ellos.
¿La creatividad no viene en los genes?
Es puro método. Se aprende a ser creativo como se aprende a leer. Se puede aprender creatividad incluso después de que el sistema nos la haya hecho desaprender.
Por ejemplo...
Soy de Liverpool y conozco el instituto donde recibieron clases de música mi amigo sir Paul McCartney y George Harrison... ¡Dios mío! ¡Ese profesor de música tenía en su clase al 50 por ciento de los Beatles!
Y...
Nada. Absolutamente nada. McCartney me ha explicado que el tipo les ponía un disco de música clásica y se iba a fumar al pasillo.
A pesar del colegio, fueron genios.
A Elvis Presley no lo admitieron en el club de canto de su cole porque "desafinaba". A mí, en cambio, un poliomielítico, me admitieron en el consejo del Royal Ballet...
Ahí, sir, acertaron de pleno.
Allí conocí a alguien que había sido un fracaso escolar de ocho años. Incapaz de estar sentada oyendo una explicación.
¿Una niña hiperactiva?
Aún no se había inventado eso, pero ya se habían inventado los psicólogos, así que la llevaron a uno. Y era bueno: habló con ella a solas cinco minutos; le dejó la radio puesta y fue a buscar a la madre a la sala de espera; juntos espiaron lo que hacía la niña sola en el despacho y... ¡estaba bailando!
Pensando con los pies.
Es lo que le dijo el psicólogo a la madre y así empezó una carrera que llevó a esa niña, Gillian Lynne, al Royal Ballet; a fundar su compañía y a crear la coreografía de Cats o El fantasma de la ópera con Lloyd Webber.
Si hubiera hecho caso a sus notas, hoy sería una frustrada.
Sería cualquier cosa, pero mediocre. La educación debe enfocarse a que encontremos nuestro elemento: la zona donde convergen nuestras capacidades y deseos con la realidad. Cuando la alcanzas, la música del universo resuena en ti, una sensación a la que todos estamos llamados.
Y digo yo, ¿Por qué no empezamos a educar de verdad?
CHARLES BLAKE
Siempre has sido un buen profesor,pero es tan difícil en la época actual ser tu mismo,que sería maravilloso dejar a los niños crear su propia fantasía nacida de esa ingenuidad propia de su edad.Todavia estais a tiempo de formar una nueva generación acorde con estos tiempos,ánimo a todos los que os dedicais a la enseñanza.Besos.Irene.
ResponderEliminarPues sí, desde luego son preguntas para reflexionar con calma. Y de ahora en adelante, además con internet, los móviles y el acceso a las fuentes de conocimiento de forma cada vez más sencilla, no cabe duda que aparecerán nuevos retos en el ámbito educativo. Muy interesante, como siempre.
ResponderEliminarMuchas gracias, Carlos, por tus comentarios en mi blog. Un abrazo
Me dejastes pensando pero es bueno analizar esta reflexión y sacar cosas positivas que sirvan para una mejor educación. Con una educación de verdad las cosas serian diferentes.
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