De todo buen lector es conocida la vida y obra de este excelente dramatrugo, poeta y novelista español, miembro del movimiento modernista español y a un paso de la legendaria generación del 98.
Asiatente a los numerosos cafés madrileños de la época, compartió mesa y polémicas con tertulianos de su talla: Pío Baroja, Azorín, Gómez Carrillo o Jacinto Benavente.
Hombre de personalidad peculiar y polifacético dentro del mundo artístico ( llegó a ser actor, traductor, escenógrafo, director teatral...) se acarcterizó siempre por un carácter impetuoso. Incluso en una agria pelea dialéctica con uno de sus mejores amigos, el periodista Manuel Bueno, perdió el brazo tras una herida mal curada.
Hoy me quedaré con una anécdota muy conocida del creador de "El ruedo ibérico":
"En cierta ocasión, la guardia urbana llevó a Valle Inclán ante un Juez por uno de sus sonados alborotos de taberna.
Lo primero que le preguntó el Juez fue su nombre y éste contestó con cortesía.
Seguidamente, el juez le preguntó por su oficio, a lo que el presunto autor de las disputas contestó: -Escritor, su señoría.
A continuación, el Juez prosiguió su interrogatorio pertinente:
- ¿Sabe usted leer y escribir?
- No, señor -contestó sin pestañear.
- Sinceramente, me extraña un tanto su respuesta -repuso el juez.
- Más me extraña a mí la pregunta -añadió el dramaturgo.
Saber escuchar es también un arte, y se puede aprender.Cuando el oficio se convierte en rutina, uno recibe las respuestas que se merece.
ResponderEliminarBesos y feliz domingo.
Sabias palabras, querida Angela.
ResponderEliminarUn beso y gracias por tus aportaciones.
Sus sonatas son magníficas. Incluso, tengo trabajos hechos en mi blog sobre ellas.
ResponderEliminarNo conocía esta anécdota, pero deja muy en claro la "obtusidad" funcionaria de algunos especímenes.
Tu mencionas la "Generación del 98" y me hago un lío porque tengo entendido que fue un invento de Azorín, para llamar la atención y pasar a la historia de la literatura, que dicha mal llamada generación, no se diferencia en absoluto de las pautas marcadas por el movimiento modernista, en la cual está inmersa. No se, tú me dirás...
Un abrazo