CHARLES BLAKE

Para soñadores que como yo, plasman sus pensamientos sobre un papel en blanco.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

EL DOBLE SENTIDO



Decía el catedrático Armando de Miguel que el lenguaje es también un arte, el de transmitir el doble sentido de las palabras según se combinen o según sea el contexto o la intención. Esa es la esencia de la retórica, que puede ser la elegancia poética o el destrozo del idioma, pero que también puede ser la raíz del humor.
En esta sección de hoy me gustaría que leyérais la siguiente situación, que lejos del surrealismo, pudiera ocurrir a más de un pobre insensato o despistado. Espero que lo disfrutéis: 
LAS GAFAS:
Un hombre se fue a Madrid en viaje de trabajo, sabiendo que su novia necesitaba unas gafas para la vista, y encontrando la ocasión de comprarle unas muy bonitas, entró en una óptica. Después de ver unas cuantas, se decidió por un modelo y se las compró. La dependiente, muy amable, se las envolvió para regalo y éste pagó la cuenta, pero al marcharse, en lugar de coger el paquete de las gafas nuevas, cogió otro muy parecido que había al lado. El paquete contenía unas braguitas que una clienta de la óptica acababa de comprarse en una corsetería. El muchacho no se dio cuenta de la equivocación y se fue directamente a correos a enviar el regalo de su novia junto a una carta. La novia al recibirlo se quedó extrañadísima con el contenido, así que abrió la carta y leyó:
"Querida Marta:
Espero que te guste el regalo que te envío, sobretodo por la falta que te hacen, ya que llevas mucho tiempo llevando las mismas y éstas son cosas que deben cambiarse de vez en cuando. Espero haber acertado con el modelo.
La dependienta me dijo que era la última moda, de hecho me enseñó las suyas y eran iguales. Yo para comprobar si eran ligeras, las cogí y me las probé allí mismo. No sabes cómo se rió la dependienta, porque esos modelos femeninos en los hombres quedan muy graciosos, y más a mí, que sabes que tengo unos rasgos muy prominentes. Una chica que estaba allí me ayudó también a decidir. Me las pidió, se quitó las suyas y se las puso para que yo pudiera ver el efecto. A esta chica le lucían menos que a la dependienta, porque el pelo se las tapaba un poco por los lados, pero aún así, me pareció que le favorecían muchísimo.
Finalmente me decidí y te las compré. Póntelas y se las enseñas a tus padres, hermanos, y en fin, a todo el mundo a ver qué dicen. Al rpincipio te sentirás rara... acostumbrada a ir con las viejas, y últimamente a no llevar ningunas...Pero sobretodo mira que no te estén pequeñas, sino te van a dejar señal cuando te las quites.
¡Ahhh! Y ten cuidado también de que no te estén grandes, no sea que se caigan cuando vayas andando. Para que te sean útiles y resulten más bonitas, me han aconsejado que las limpies muy a menudo. Igualmente me dijeron que tengas cuidado con los roces, porque se acaban estropeando. Llévalas con cuidado, y sobretodo, no vayas a dejártelas por ahíy las pierdas, que tú tienes la costumbre de quitártelas en cualquier parte. En fin, para qué te voy a decir más... Estoy deseando vértelas puestas. Creo que éste es el mejor regalo que podría hacerte.
Un beso de tu Paco.
CHARLES BLAKE

4 comentarios:

  1. Qué bueno reirse!!!Fantástico!
    Charles y qué alegría reencontrarte.Mil gracias por tus palabras tan cargadas de cariño,humanidad y belleza.
    Cuando regrese visitaré con mucho gusto el blog de tu amigo Armando Manrique.
    Te deseo un curso nuevo donde el entusiasmo y la ilusión llene cada resquicio de tu hermoso vivir. Me alegra seguir aquí al ritmo de tu latir.
    Un beso

    ResponderEliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  3. Jaaaaaajajajjajajajajajja que bueno!!! que imaginación la del verdadero autor de la carta....no deja de ser un RELATO de humor, porque como chiste resultaría demasiado largo.
    Bien venido de nuevo Mr. Blake,

    ResponderEliminar