Hoy, un día
típico veraniego donde las personas salen a pasear, bañarse en la playa o
saborear el atardecer en compañía de amigos y parejas, no he dejado de pensar
en la capacidad del cerebro humano para interpretar la multitud de señales que
le bombardean desde el exterior.
Un artículo
curioso leído recientemente venía a decir:
“Un
referente exclusivo de la simbología femenina, cautivante desde su forma,
empaque y sobre todo color, el lápiz de labios es considerado un arma de
seducción por excelencia, porque unos labios rojos siempre serán sinónimo de
glamour, erotismo, coqueteo o sofisticación.
Unos
labios pintados de color rojo intenso pueden producir un efecto irresistible en
los hombres, algo que va muy arraigado a sus instintos y que permanece en su
naturaleza humana a pesar de miles de años de evolución desde las épocas de las
cavernas.
Esta
teoría es confirmada por una investigación inglesa realizada recientemente,
donde revela que la receta infalible para lograr la atención de un hombre: Es
un labial rojo. Muy rojo, más que el cabello o los ojos, la boca genera un
efecto de atracción casi instantáneo. De acuerdo con los investigadores de la
Universidad de Manchester, según los resultados de este estudio, se comprobó
que al admirar un rostro femenino, el hombre pasa en un promedio de 73 por
ciento del tiempo con la mirada fija en los labios pintados de color rojo, la
atención desciende a un 67 por ciento, cuando el tono es rosado y cae a un 22
por ciento, cuando no se usa labial”
Una vez leído, comprendí que el cuerpo humano
envía constantemente señales a sus congéneres. Algunas de esas señales invitan
al contacto, otras lo repelen. Todas y cada una de las señales compuestas de
forma, tamaño, color, actitud, sonido, expresión o movimiento afluyen con la
velocidad del rayo a nuestros órganos sensoriales más especializados y es
entonces cuando entra en acción la computadora social que rige nuestras
cabezas. Un abrazo, un apretón de manos, un beso en la mejilla más o menos
prolongado o una caricia en el brazo pueden ser interpretadas de buen o mal
grado dependiendo de la persona que nos lo dé. Nuestro espacio vital y nuestra
invisible intimidad, pueden verse alteradas sin un motivo aparente.
Pero un caso especial es el órgano de la visión,
capaz de recibir información inconsciente de una manera rápida y eficaz.
Investigando sobre el tema, descubrí que
en el caso de las señales sexuales, una manera indirecta de transmitir consiste
en emplear alguna otra parte del cuerpo como imitación a los órganos sexuales.
Es lo que los sociólogos y antropólogos llaman el “eco genital”. Recordemos que la zona genital es la región tabú por
excelencia a lo largo de los tiempos y en todas las culturas, y no se debe
únicamente a que en ella se encuentra simbolizado el acto de la reproducción.
En esa
pequeña zona del cuerpo se concentran todos los tabúes: el acto de orinar, la
defecación, la cópula, la eyaculación, la masturbación y la menstruación. Con
esta enumeración se hace comprensible que haya sido la región más oculta de
nuestro cuerpo ¿No creéis?
Pero vayamos al grano, como os decía antes, una
forma de atraer al sexo contario o sentirse atractiva para los ojos ajenos, ha
sido desde siempre el crear esos “ecos genitales” a modo de señal.
Como sustitutos del orificio tenemos dos grandes
protagonistas: la boca y el ombligo. Podríamos hablar también de los orificios
del oído o las fosas nasales, pero la sociedad
considera de mal gusto sonarse en público o limpiarse la oreja y nariz
con el dedo. Sin embargo, sí aceptamos de buen grado el frotarse los ojos o
enjuagarse la frente.
Pero vayamos a la boca, es cierto confesar que en
más de una ocasión nos tapamos la boca por alguna razón. En algunas culturas
con un velo; cuando bostezamos o reímos disimuladamente, en otras. El ombligo
es todavía más tabú, llegando incluso a
borrarse de las fotografías pasadas para ocultar de nuestra mirada movimientos
tan sugestivos.
Según los estudiosos, la boca y el ombligo
parecen haber sido empleados como invitaciones sexuales.
La boca es, con diferencia, una de las más
importantes señales seudogenitales. De hecho es la gran protagonista de los
besos de amor que se profesan las parejas.
A nivel biológico, y siguiendo la larga evolución
humana, se sabe que la mujer tiene mayor
predisposición genética a desarrollar superficies rosadas y labios carnosos, muy semejantes a los
genitales femeninos. Al igual que éstos, se enrojecen y se hinchan con el
estímulo sexual (más si cabe cuando el hombre se deja esa media barba tan al
uso hoy en día). Ya desde los primeros tiempos, la mujer fue consciente de su
poder y acentuó sus señales con la aplicación de colores artificiales. Los
egipcios, junto a babilonios, ya fueron los primeros creadores de un
maravilloso lápiz de labios que dejaría a los de Estée Lauder en pañales.
El lápiz de labios se ha convertido en la
actualidad, en uno de los productos de belleza más importantes, y los
colores han ido variando siguiendo las modas predominantes, pero casi siempre terminan volviendo al
rojo vivo, copiando el enrojecimiento sexual del acto íntimo. ¿Curioso verdad?
Yo no creo que estemos hablando de una imitación
consciente de esas señales sexuales, sino de algo puramente sexy o de gran
atractivo para quien los admira. Pero la raíz del asunto puede ir más allá de
lo que pensamos en un primer momento. Si no me creéis, pensad en el detalle de
que, aunque la mujer adulta suele tener
los labios algo más gruesos carnosos que
el varón, pronuncia su diferencia incluso acentuando el marcado del lápiz más
allá de los propios labios. Eso podría interpretarse como el hinchazón que
sufren cuando la sangre fluye en ellos, producto de la excitación sexual.
Pero demos un paso más… Escritores, poetas y
artistas han considerado la boca como una poderosa región erótica de nuestro
cuerpo, principalmente cuando el hombre juega con su lengua a introducirla en su interior en
apasionados besos.
En la actualidad, son muchas las mujeres que no
dudan incluso en agrandar sus labios mediante cirugía, símbolo irrefutable del
poder que pueden ejercer en el varón y canon de belleza indiscutible. Actrices,
presentadoras y cantantes no dudan en presumir de boca ante sus miles de fans
que se mueren por besar sus labios.
¿Quién se resiste a besar “profundamente” a su
ser amado sin poder ocultar ese cosquilleo interno que se apodera de éste durante
el cortejo?
Definitivamente, tendría que suscribir cada una
de las palabras de dicho artículo, no queda otra. Los hombres somos muy dados a abservar unos bonitos labios de mujer. ¡Qué la vamos a hacer!
Si os parece interesante, mañana os contaré mis
descubrimientos sobre la simbología del ombligo. Os aseguro que jamás había
caído en la cuenta de muchas de las cosas que he leído.
Hasta pronto.
CHARLES BLAKE
¿Sí? Mira que yo siempre llevo los labios pintados de rojo porque me encanta, pero... tendré que usar otro color jajaja.
ResponderEliminarFeliz verano.
Un beso.
Estoy de acuerdo contigo en la relación boca-zona genital en las mujeres... Es curioso de todas formas que se pretenda inflar la boca de esas maneras, que quedan tan artificiales -lo de los rouges à lèvres lo puedo entender más...total es un 'maquillaje'-...
ResponderEliminarYa sabes me encanta la simbología, o sea que bienvenido sea tu próximo artículo sobre el ombligo!
Un abrazo
!Hola,charles!
ResponderEliminarEsplendido post.Ese efecto es el que hay que causar,el que hace saltar la chispa y os convierte en tigres dispuestos a devorar ese trocito de rojo.
Una boca perfecta la de la imagen.
Muchisimos besitos,charles.
De acuerdo contigo, Charles. Lo que no me parece nada atractivo son los labios inflados con siliconas,
ResponderEliminartetas de siliconas y culo de silicona, al final, lo que abraza un hombre es una muñeca de plástico y ¡ay!
de aquel que la pinche.....
jejeje
Espero tus investigaciones sobre el ombligo.
Ya sabes que como "ombligo del mundo" se han identificado ciertos lugares
de culto, en los cuales hay una Energía especial, Divina....
Y una última cosita, por algún lado leí que arqueólogos habían determinado
que si Cleopatra no se hubiera suicidado, hubiera muerto envenenada por sus maquillajes
al poco tiempo.
Un abrazo
Interesante leerte.
ResponderEliminarCada època tiene su cuota de erotismo y en la actualidad multinacionales que lucran maravillosamente con ello.
Aunque hay boquitas pintadas que es mejor se queden calladas no??????
Cariños
Gracias por vuestros comentarios y totalmente de acuerdo con la idea de que todo lo que sea retocado artificial o quirúrgicamente hace perder irremediablemente la belleza natural de una mujer. En cuanto a lo de bocas mejor calladas, bien es cierto que unos labios bien perfilados no garantizan una conversación inteligente. Eso también podría extrapolarse al género masculino con rasgos muy viriles o atractivos ¡De todo hay en la viña del Señor!
ResponderEliminarBesos
Lo natural creo que es más bonito. A mí me gusta el rojo para los labios, aunque, casi siempre los llevo de color rosa porque dicen que rejuvenece.
ResponderEliminarBuena entrada.
Un beso.